Armestregallery Copias de Autor Solidarias

El periodismo solo puede ser fiel a la verdad y a la información, sin olvidar dar voz a quien no la tiene.
TEXTO Y FOTOS: SUSANA HIDALGO // ONG que han visto sus arcas mermadas por los recortes institucionales y que miran, mucho más que antes, hacia el sector privado como el hada madrina que va a solucionar sus problemas. Actos, como carreras solidarias, para recoger fondos de la mano de empresas privadas. La presencia del capital privado en la cooperación toma protagonismo por la crisis económica. Olivier Consolo, experto en políticas de cooperación y miembro de la plataforma Concord, lo describía así en una reciente visita a Madrid: “Hay ONG que ya están hablando bien del sector privado pensando en el dinero. Las grandes son las que están en esta línea. Esto terminará explotándonos en la cara”.
Proyecto de cooperación española en un barrio de Dakar (Senegal).
La situación no es nueva. La ley de cooperación de 1995 abrió la puerta a la entrada del sector privado en la cooperación al desarrollo y, en estos 20 años, su presencia ha ido creciendo. Ahora, con la crisis económica y la pérdida de financiación pública, el debate se ha puesto de nuevo encima de la mesa. “Es un mito pensar que cuando se moviliza este tipo de inversiones para la Ayuda al Desarrollo no hay coste para el sector público”, afirmó la semana pasada Nuria Molina, de ActionAid, durante unas jornadas sobre las alianzas entre la cooperación y el sector privado organizadas por la Coordinadora de ONGD-España. “Para determinados proyectos, la inversión pública es la más adecuada y el coste es más bajo”, señaló.
Quizás la pregunta para la que pocas ONG tienen una respuesta positiva es si hay algún caso exitoso de alianza entre ONGD y empresa. Exitoso en todos los sentidos, no solo económico: que esa empresa respete los derechos humanos, que pague unos salarios dignos (fuera y dentro de España), que respete el medioambiente… “Un ente privado quiere beneficios para repartir, no es una ONG”, advertía en este sentido Molina. Para Javier Fernández Candela, director de Copade, ONG de comercio justo, lo importante es “estudiar a fondo la empresa para ver qué hace, si nos interesa y si podemos hacerle una propuesta”. “Las empresas no son organizaciones sin ánimo de lucro, estoy en contra de que se involucren de manera independiente en cooperación porque terminan metiendo la pata”, agrega.
En el ámbito de las alianzas público-privadas ha habido casos muy polémicos como cuando hace casi un año la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (Aecid) concedió una dotación económica a la Fundación Repsol para un proyecto “de apoyo a las comunidades de la Amazonia ecuatoriana”, zona donde la empresa española posee proyectos petrolíferos. O con el tifón de Filipinas, donde el Banco de Santander entregó 250.000 euros a la Aecid para fletar un avión con ayuda humanitaria.
Un beneficiario de los proyectos de Acción contra el Hambre en Mauritania.
La Congde, junto a Plataforma 2015 y Más, ha denunciado recientemente que la reforma prevista del Fondos para la Promoción del Desarrollo (Fonprode) se suma a esta expansión del capital privado. “La reforma dejará el Fonprode en manos del Ministerio de Economía y primará los intereses de la internacionalización de las empresas sobre los objetivos de lucha contra la pobreza y la desigualdad”, denuncian ambas organizaciones.Este instrumento, inicialmente concebido para promover el desarrollo, ha estado hasta ahora gestionado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.
Desde la Plataforma 2015 y Más advierten que los tentáculos del sector privado se expanden de diferentes formas: en los programas y tomas de decisiones de los gobiernos, a través de la utilización de fondos de inversión y modalidades económicas similares dentro de la cooperación y con la privatización de las políticas de desarrollo.
En este debate sobre si las ONGD deben entablar relación con el mundo empresarial, el código de conducta de la Congde indica que cada organización debe ser la que lo decida, pero que dicha relación debe respetar “los valores de independencia, transparencia y eficacia” en puntos tan determinantes como el proveedor, el subcontratista, etcétera. En este sentido, Marco Gordillo, portavoz de la Coordinadora, incide en que el sector necesita “empresas con un foco que vaya más allá del tema económico, que tengan empleo decente, respeten los límites de sostenibilidad ambiental, los derechos humanos y las obligaciones fiscales en los países en los que están instalados”.
Leda Stott, experta en cooperación al desarrollo, señala que quizás sea más sencillo encontrar esas empresas modélicas fuera del modelo multinacional. “El sector privado no son solo las multinacionales. También hay pymes, autónomos, etcétera y es importante entender que hay un papel que ellos pueden jugar en las alianzas. Nos obsesionamos un poco con las multinacionales y es muy difícil trabajar con ellas. Sería más fácil mirar la amplitud de otras colaboraciones, sobre todo a nivel local”, concluye Stott.
One Comment on “La crisis empuja a las ONG a los brazos de las empresas privadas”
quemásdá
03/03/2014 a las 12:17
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/04/18/actualidad/1334743587_625405.html