Yaya Balde tiene 60 años y una fuerza y vitalidad que tumbaría a cualquiera que se impusiese el reto de seguirla durante un día en sus quehaceres domésticos. Yaya es una de las magníficas mujeres que hemos encontrado en el viaje por Guinea Bissau que hemos hecho con la ONG Alianza por la Solidaridad. De nuestra experiencia con Yaya nos quedamos con que no podemos someter situaciones únicas a nuestro razonamiento europeo porque no funciona.

Llegamos a Yaya de la mano de Aua Keita, responsable de Seguridad Alimentaria de Aprodel, organización local que trabaja, entre otros temas, la empoderación de la mujer africana. Con Aua hemos visitado comunidades y también, hospitalaria, nos ha sentado en el sofá de su casa. Su dedicación por la igualdad la lleva de manera incansable por los poblados a dar talleres de sensibilización tanto hombres como a mujeres con los que habla desde el reparto de las tareas domésticas hasta de ablación.

Aua también se desvive por lograr que mujeres como Dejnabu Diamanca tengan cada día nuevas oportunidades para crecer. Djenabu es alumna de un centro de alfabetización.

Cuando era pequeña sus padres no la llevaron a la escuela y ahora repite una y otra vez que ya puede escribir su nombre y leer también lo que escribe el maestro en la pizarra. Pero su mayor alegría es saber que el futuro de sus hijas y sus nietas está asegurado porque ha conseguido ser propietaria de una parcela de tierra durante los próximos 30 años.