TEXTO Y FOTOS: SUSANA HIDALGO / PEDRO ARMESTRE // ”Pensé que tener agua en casa era un sueño y es una realidad”. Heriberta ya no tiene que cargar el agua después de 70 años llevándola en un bidón sobre su cabeza. Muchos días se levanta bien temprano solo para pasar la mano por debajo del grifo y tocar con sus dedos aquello que durante muchos años solo estuvo en su imaginación. Esta mujer de 78 años es una de las beneficiarias del proyecto que Alianza por la Solidaridad ha puesto en marcha en Chinandega (Nicaragua) y que llevará el agua potable a las viviendas de más de 20.000 personas. En este vídeo que hemos hecho en Calamar2 para Alianza podéis ver la emoción en la cara de Heriberta:
Un agua potable limpia es imprescindible para la realización de todos los derechos humanos. Al igual que tener letrinas. En un futuro cercano, el agua llegará también a la vivienda de Maryrui Sánchez, de 28 años.
Esta mujer vive en la aldea de El Naranjo, en una humilde casa de madera con solo dos estancias, la principal y una cocina. Fuera tiene un patio donde cuelga a secar la ropa que previamente ha lavado en una quebrada. Al llegar nos ofrece sandía y tortillas de maíz. Se ha levantado temprano para acarrear agua del pozo y con ella asea a su pequeño Brian Moisés encima de un banco de piedra. “Me duele la cabeza y el cuello de llevar el bidón de agua encima, la espalda me arde. Necesito tener el agua en casa. Todo sería diferente”, cuenta, y luego imagina el mejor sitio donde le gustaría colocar el grifo: en el patio. Brian tiene dos años y sufre de diarreas continuas por culpa de la mala calidad del líquido que tiene que tomar, procedente de fuentes que no están potabilizadas. “Los niños de la zona están continuamente enfermos y faltan por ello mucho a clase”, agrega Maryrui.
Abrir un grifo, beber de una botella de agua, ducharse, lavar las verduras. Son gestos que hemos convertido en cotidianos pero que no están al alcance de todos. Cerca de 748 millones de personas en todo el mundo no disponen de agua potable en casa. Hoy, Día Mundial del Agua, es el momento de recordar a esas personas (sobre todo mujeres y niños) que tienen que caminar durante horas para llegar a ríos y pozos, fuentes que suelen estar contaminadas. A pesar de los avances (cerca de 2, 3 millones de personas han accedido al agua potable, según Unicef) aún queda mucho por hacer. Esta agencia de Naciones Unidas calcula que, solamente en África, la gente camina 40.000 millones de horas todos los años para abastecerse de agua. Además, tres países encabezan la lista de los peores abastecidos: Mozambique, Papúa Nueva Guinea y República Democrática del Congo.
“El derecho al agua potable y al saneamiento es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos”. De esta forma, el 28 de julio de 2010 la Asamblea General de Naciones Unidas determinó el Derecho Humano al Agua, que fue defendido por los representantes de los países más pobres. “La falta de acceso al agua potable es la más grande violación de los derechos humanos en el mundo”, advirtió el embajador de Bolivia ante Naciones Unidas.
El agua es vida, sin ella no hay dignidad. Multinacionales instaladas en África y Latinoamérica están sustrayendo los recursos hídricos de las poblaciones más necesitadas sin que éstas apenas puedan defenderse. Desde Médicos Mundi aportan un dato para la reflexión: 20 litros de agua es el mínimo por habitante y día recomendados para las necesidades básicas de consumo e higiene. Esos 20 litros de agua son los que gasta al día un grifo goteando.
Galería de Obra fotográfica de Pedro Armestre. Con la venta de Copias Numeradas y Series Limitadas, Pedro dona parte de sus beneficios a las asociaciones u oeneges para las cuales tomó las imágenes. La donación puede ser directa o en forma de suscripción anual como socio a alguna de estas organizaciones.
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