TEXTO Y FOTOS: SUSANA HIDALGO / PEDRO ARMESTRE // Calamar2 aterrizó en Perú el sábado pasado. Después del descoloque inicial (un país desconocido para nosotros, el cambio de hora, una maleta perdida, la humedad y los mosquitos voraces que aquí llaman zancudos) ya estamos a tope documentando la labor solidaria que un grupo formado por tres cirujanos plásticos (Jesús Barón, Diego Luis Carrillo y Lourdes Cosío), dos enfermeras (Mercedes Messa y Lidia García) y un anestesista (Juan Carlos Sánchez) han venido a realizar con familias desfavorecidas de la localidad peruana de Chiclayo.
Durante 15 días estos profesionales van a operar a un ritmo frenético a niños con malformaciones congénitas procedentes de familias de pocos recursos dentro de una campaña de colaboración entre la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre) con la ONG Juan Ciudad.
Vamos a contaros una obviedad: Cuando viajamos al extranjero por motivos laborales sentimos que podemos dar todo de nuestra labor periodística. En estos viajes terminamos trabajando una media diaria de 16-18 horas, apenas dormimos y el no tener conexión continua con internet ni redes sociales nos despeja la cabeza. Máxima concentración en las historias que queremos contar.
La implicación con la que afrontamos los proyectos aquí en Chiclayo la tenemos al cien por cien. Estos días estamos conviviendo en la misma casa con el equipo médico, en una especie de Gran Hermano donde desayunamos, comemos y cenamos juntos, se discuten las operaciones y se comparte el descanso (poco) y el buen humor (mucho).
Los días empiezan temprano con un desayuno rápido para empezar a pasar consulta a las ocho de la mañana. La voz se ha corrido entre los habitantes de Chiclayo y de localidades en la selva que distan dos días de camino. Son muchas las familias que quieren ser revisadas por los médicos. Durante la consulta, los cirujanos deciden a qué niños pueden operar. La mayoría tienen malformaciones congénitos en labio y paladar, los dedos de la mano juntos, cicatrices o quemaduras en la cara y cuerpo. El tiempo vuela y a la una de la tarde se hace un pequeño parón para comer. A las dos y media empiezan las operaciones que no terminan antes de la diez de la noche.
El equipo médico recién llegado ha comenzado inmediatamente con la consulta y horas después ya estaban en el quirófano operando en quirófano. © Pedro ARMESTRE
“Yo me lo paso pipa”, resume Diego Luis Carrillo, cirujano plástico de Barcelona. Para Carrillo esta es su cuarta campaña y se queda con la experiencia personal que supone poder ayudar a mejorar la vida de estos pequeños. Nos hace esta confesión por la noche, después de un día duro. Un momento para el relajo, la cena y a descansar. En pocas horas el ritmo loco de operaciones volverá a empezar.
2 Comment on “Cirugía solidaria en un rincón de Perú”
stefani sanchez
11/06/2015 a las 22:05
Muy bonita labor que Dios los bendiga y los siga guiando en ese camino tan lindo.
m angeles
22/03/2015 a las 00:59
Enhora buena por buesra labor. Me encantaría formar parte de ella soy celadora.si os puedo ayudar en elgo
Aquí estoy. Saludos