Armestregallery Copias de Autor Solidarias

El periodismo solo puede ser fiel a la verdad y a la información, sin olvidar dar voz a quien no la tiene.
SUSANA HIDALGO & PEDRO ARMESTRE// (Actualización: 11 de octubre de 2014) El dedo acusatorio sobre quién ha tenido la responsabilidad en el primer caso de contagio del ébola en España se ha posado sobre la auxiliar de enfermería infectada, Teresa Romero. El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, ha sido una de las voces oficiales que han acusado a la trabajadora de no haber tenido cuidado al quitarse el traje de protección o de haber mentido a la hora de informar sobre sus síntomas. El modelo de buscar un villano se repite a lo largo de la historia: Si las autoridades pueden culpar a alguien de lo sucedido, la sociedad podrá descargar en esa figura la rabia y los miedos. Así, los fallos cometidos por los que están al mando quedan a la sombra y se consigue el efecto conseguido: que se hable más de por qué la auxiliar fue a depilarse con síntomas que del hecho de que el Gobierno repatrió a España a los dos misioneros contagiados sin tener las garantías suficientes de que el virus no se iba a expandir.
Un trabajador del Hospital La Paz muestra su malestar en la concentración realizada ayer 10 de octubre de 2014 a las puertas del hospital. © Pedro ARMESTRE-X
Voces críticas como los sindicatos de médicos y de enfermería han salido en defensa de Teresa Romero. Señalan que los trabajadores no han recibido formación suficiente como para afrontar la llegada de un virus tan mortífero, que en el hospital Carlos III (que hace años era una referencia en el tratamiento de enfermedades infectocontagiosas) había quedado desmantelado y que el protocolo de seguridad hace aguas por todas partes: los trajes de protección se quedan cortos, no hay nadie que supervise cómo quitarlos y las calzas son permeables. Los sindicatos denuncian además que el hospital Carlos III está llamando a trabajadores en paro para atender a los sospechosos de tener ébola.
No es la primera vez que, ante una desgracia, los cargos políticos no asumen su responsabilidad y prefieren echar balones fuera y cargar la responsabilidad a la parte más débil del eslabón. Estos son algunos de los ejemplos que han precedido al caso de Teresa Romero:
Accidente del Ave en Santiago, julio de 2013:
“¡Somos humanos!”, acertó a decir a duras penas Francisco José Garzón, el maquinista del tren siniestrado en Santiago de Compostela, instantes después de producirse el choque. En el momento de descarrilar, el tren circulaba a 190 kilómetros por hora en un tramo en el que tenía que haber circulado a 80. Garzón cometió un error, pero el factor humano no fue la única circunstancia determinante. El tramo no tenía un sistema de frenado avanzado y la curva presenta un trazado complejo.
Captura del vídeo donde se aprecia el descarrilamiento del Tren Alvia en las proximidades de Santiago de Compostela, A Coruña.
Pero cualquier tragedia que se precie necesita de un villano, que ayude a la conciencia colectiva a descargar la rabia por lo sucedido y que de paso desvíe la atención de cualquier responsabilidad administrativa o política. En el caso del accidente del tren, el malo se llamó
Perfil de Facebook de Francisco José Garzón, el maquinista del tren que descarriló el pasado miércoles en Santiago de Compostela.
Francisco José Garzón. El hecho de que en 2012 subiese a su perfil de Facebook la fotografía del velocímetro de un tren que marcaba 200 kilómetros por hora y donde hacía bromas sobre su gusto por la velocidad han terminado de ponerle en la picota. Para Antonio Maestre, periodista y muy crítico con la cobertura informativa que se ha hecho del accidente, “algunos medios han condenado públicamente al maquinista con argumentos falaces y manipulados”. “Los medios se han erigido en jueces de una persona por intereses políticos. No hay ningún hecho objetivo que pruebe la culpabilidad del maquinista. Solo sabemos que el tren iba más rápido de lo debido. Los motivos se ignoran”, señala Maestre. Para Ángel Calleja, periodista de 20 Minutos, “la administración no ha tardado en señalar al conductor y sólo da excusas acerca de la mala planificación de la curva y la falta del sistema ERTMS de frenado, que habría hecho imposible el accidente. En infraestructuras de este tipo, la tendencia es eliminar o reducir al mínimo el error humano. En este caso en concreto, la Administración no lo hizo, luego hay responsabilidades políticas”.
Accidente del Prestige, noviembre de 2002
Los responsables políticos que, durante el Gobierno de Aznar gestionaron la crisis del hundimiento del Prestige en 2002 en las costas gallegas quedaron exculpados. Se consideró que el único culpable de la catástrofe era el capitán del buque, el griego Apostolos Mangouras, que ha sido juzgado recientemente en A Coruña acusado de desobediencia a las autoridades españolas y de delito ecológico. Cuando ocurrió el siniestro, el capitán pretendía fondear el barco a unas cuatro millas de la costa con el objetivo de salvar la carga y el buque. Pero las autoridades españolas no le permitieron acercarse a la costa y le obligaron a ser remolcado. Su resistencia le sirvió para que se convirtiera en cabeza de turco por parte de un sector de la prensa.
El desastre del Prestige se produjo cuando un buque petrolero monocasco resultó accidentado el 13 de noviembre de 2002, mientras transitaba cargado con 77.000 toneladas de petróleo, frente a la costa de la Muerte, en Galicia, en el noroeste de España, y tras varios días de maniobra para su alejamiento de la costa gallega, acabó hundido a unos 250 km de la misma. La marea negra provocada por el vertido resultante causó una de las catástrofes medioambientales más grandes de la historia de la navegación, tanto por la cantidad de contaminantes liberados como por la extensión del área afectada, una zona comprendida desde el norte de Portugal hasta las Landas de Francia. El episodio tuvo una especial incidencia en Galicia, donde causó además una crisis política y una importante controversia en la opinión pública..El derrame de petróleo del Prestige ha sido considerado el tercer accidente más costoso de la historia. Pulsando sobre la imagen accedes a una galería de la catástrofe del Prestige. FOTO:© Pedro ARMESTRE
Sin embargo, Mangouras recibió varios homenajes por parte de otros marinos por su actuación. Fue candidato a Marino del Año en 2003, premio del Naval Institute de Londres, y homenajeado por compañeros de la Marina Mercante, algo que apenas repercutió en las noticias de la época.
Incendio de Guadalajara, julio de 2005
La Audiencia Provincial de Guadalajara condenó en 2012 a dos años de prisión y a pagar 10 millones de euros de indemnización a Marcelino H.S., el único excursionista que ha sido considerado responsable del incendio de Guadalajara de julio de 2005, en el que murieron 11 miembros de los equipos de extinción. Los otros dos excursionistas fueron absueltos y no hubo responsabilidades para ningún responsable administrativo o político.
Compañeros de los once fallecidos discuten con la policía tras prohibirles la entrada al funeral celebrado en Guadalajara el día 22 de Julio de 2005. (c) Pedro ARMESTRE
En el funeral que se hizo en Guadalajara, todas las fuerzas políticas acompañadas de los príncipes de Asturias permanecían dentro de la iglesia cuando llegaron los compañeros de los fallecidos. Con su ropa de trabajo, acababan de llegar del incendio tras su jornada laboral. Sucios, negros y sudorosos. Se les impidió entrar a la iglesia y se les envió a la parte trasera para ser custodiados por la policía. Ellos simplemente querían estar presentes en el adiós publico a sus compañeros, pero pudo más el poder político que quería demostrar su pesar para quedar bien de cara a la sociedad. En los medios de comunicación, lo que trascendió fue la noticia de que los príncipes y políticos estaban muy consternados por lo sucedido.
Sobre la cobertura gráfica de los 11 cadáveres, el fotoperiodista Pedro Armestre recuerda como él y otros compañeros tuvieron que hacer una estrategia para no ser expulsados del lugar del suceso: “Caminamos desde las 2:30 de la mañana hasta las 7:00 por el bosque calcinado hasta llegar a los cuerpos. Cuando llegamos, estaban los cadáveres calcinados y los vehículos. Nadie los custodiaba ni se les había ocurrido ir a taparlos. Al lugar, acudimos tres fotógrafos que pactamos tratar con respeto las imágenes. Cuando llegó la policía que intentó expulsarnos les pedimos quedarnos sin molestar, porque nos interesaban más las fotos de los cuerpos tapados dentro de las sacas. Aún así se empeñaron en que debíamos abandonar el lugar por orden judicial. Ante eso les dijimos que no queríamos publicar las imágenes de los cuerpos calcinados, pero que si nos expulsaban tendríamos que hacerlo. Nos dejaron quedarnos, pero simplemente porque sabían que las imágenes de los fallecidos sin custodiar ni tapar les harían mucho daño, nunca pensé que lo hicieran por evitar el morbo tan destacado en estos sucesos”.
11 miembros del retén de Cogolludo murieron atrapados por las llamas en el incendio de Ribas de Saelices, Guadalajara, en julio de 2005. (c) Pedro ARMESTRE
Metro de Valencia, julio de 2006
Hace siete años un convoy del metro de Valencia descarriló y como resultado murieron 43 personas. El maquinista perdió la vida en el choque y la investigación judicial atribuyó las causas del siniestro a un exceso de velocidad y a que, por tanto, había sido culpa del conductor. El error humano fue el argumento que esgrimió en todo momento la Generalitat valenciana, presidida por aquel entonces por Francisco Camps. Sin embargo, la asociación de víctimas ha reclamado que el accidente se hubiese evitado, como en el caso del tren accidentado en Santiago de Compostela, con una baliza de seguridad. Después de las protestas de los afectados, dos meses después del suceso metro de Valencia instaló 14 balizas en la línea 1, la más antigua y donde tuvo lugar el siniestro.
Accidente de Spanair, agosto de 2008
Trabajadores de la compañia aerea Spanair se saludan durante el funeral celebrado el 11 de septiembre de 2008, en conmemoración de las 154 víctimas del accidente de avión de Spanair ocurrido en Madrid el 20 de agosto de 2008 . El peor accidente aéreo de España en 25 años . (c) Pedro ARMESTRE
En el accidente del avión de Spanair de agosto de 2008 donde murieron 154 personas, los informes señalaron que la causa del siniestro había sido un despiste de los pilotos, pero éstos murieron en el accidente extinguiéndose así su responsabilidad penal. El juez imputó entonces a dos mecánicos, pero finalmente fueron exculpados por la Audiencia Provincial de Madrid. En su momento, la Asociación Sindical Española de Técnicos de Mantenimiento Aeronaúticos defendió a los mecánicos y denunció que su imputación se debía a que había que buscar a un chivo expiatorio. Cinco años después, los afectados siguen reclamando por la vía civil sus indemnizaciones.
Además de la criminalización que han hecho algunos medios de la figura del conductor, la cobertura informativa del suceso ha sido en general muy criticada y las acusaciones a algunos medios de hacer un tratamiento sensacionalista del suceso con las imágenes han encendido las redes sociales. “Estamos acostumbrados a ver imágenes durísimas de sucesos en países del tercer mundo y tenemos la mala costumbre de considerar que en el primer mundo debemos adquirir un recato que no tenemos en otros lugares. Las imágenes son crudas porque el suceso lo es”, opina Antonio Maestre. Para Ángel Calleja, “el límite son las víctimas”. “En un accidente de estas características y con decenas de muertos, la imagen personal de las víctimas sobra. No es necesario ver cadáveres ni gente ensangrentada para hacerse cargo de la magnitud de lo ocurrido”, concluye este periodista.
Para terminar la reflexión, os dejamos este texto de Eloy Alonso, fotoperiodista colaborador de Reuters y que ha estado trabajando estos días en Santiago, donde nos cuenta cómo vivió esas primeras 24 horas de infierno:
“No escogemos lo que fotografíamos, pero sí deberíamos plantearnos el cómo hacerlo”
Apenas hace unos minutos cuelgo en mi Facebook un lazo negro por el aniversario de mi primo Avelino, desaparecido en la mar mientras ejercía su trabajo de pescador, solo tenía 46 años y cuyo tercer aniversario vamos a recordar con una misa en su memoria como quiere su madre, mañana en el pueblo, dolor y tristeza. Aún no sé lo que se nos viene encima. Son las 21:30 del miércoles 24 de julio. Mientras Ana y yo preparamos la cena oigo en el informativo de TeleCinco que hay un grave accidente de tren en Santiago. Una segunda conexión minutos después ya habla de varios muertos. Mando un mensaje por Whatssap a mi compañero fotógrafo de Reuters en Galicia, Miguel Vidal y ya lo sabe, está de camino. No está en Santiago, tiene un tramo de autopista que recorrer hasta llegar al lugar. Envío otro Whatssap a mi jefe Paul y le comento que un compañero periodista de A Coruña me dice que aquello puede ser una tragedia. Empiezan a verse las primeras imágenes y los medios nacionales cuelgan las primeras galerías de fotos. Aquello ya pasa de ser un grave accidente de trenes a ser el escenario dantesco donde puede haber decenas de muertos.
En coordinación con mi jefe busco teléfonos de foteros de Galicia a los que conozco y a otros que no y que tienen imágenes “in situ” para poder tener acceso a ese material y poder meterlas en la línea de Reuters para los clientes. Las comunicaciones por móvil son difíciles, aquello empieza a estar colapsado. Ese trabajo da sus frutos y conseguimos imágenes al poco tiempo que ya están dando la vuelta al mundo, a medida que pasan los minutos la cifra de muertos y heridos se incrementa a cotas estremecedoras y demoledoras. La noticia está en todas las portadas del mundo y los informativos se vuelcan de manera especial, yo sigo todo por la TVG que informa en directo desde Angrois (la televisión pública de Galicia ha sido un ejemplo de servicio al ciudadano, aún a pesar de los putos recortes).
Ya es más de medianoche cuando mi jefe decide que me vaya a Santiago a echar una mano a Miguel, geográficamente soy el más cercano pero tengo 380 kilómetros y casi cuatro horas de viaje. Como Miguel ya está allí y ya tenemos fotos de gente de la zona, decidimos que temprano cojo el coche y me voy a Santiago. Hago maleta, preparo equipo y sigo recibiendo Whatssaps de mucha gente, varios mensajes de Miguel que ya transmite fotos de madrugada de aquella locura. Cuando me meto en la cama pasa de la una y media de la madrugada. Tomo una pastilla para dormir algo más rápido. Un nudo en el estómago ya me tiene jodido. Son las cuatro cuando el I-phone me pone a cien. Una ducha, una galleta y un vaso de leche mientras Fito, que sabe que algo pasa, no ve con buen ojo de perro que a esas horas me vaya con tantos trastos.
En carretera y por autopistas de la vecina Galicia un rayo me sorprende hasta que me doy cuenta que es un radar porque voy dándole zapato más de lo que debo. Empiezo bien, perdiendo puntos y dinero. Pero nuestro curro es así, siempre hay que llegar, a costa de lo que sea. A veces nos jugamos la vida tontamente y no calculamos el riesgo. Otra gente puede padecer nuestras malas costumbres. Lo pienso en silencio pero tampoco aflojo mucho el acelerador. En plena autopista veo al lado derecho la imagen que llevo grabada en la retina tras haberla visto ya en muchos telediarios. Un equipo de Antena 3 Televisión que me precede y yo intentamos parar en el carril derecho pero la Guardia Civil por seguridad y muy enérgicamente nos lo impide.
A las 7:37:18, según marca mi Photomecanic, tomo la primera foto en la zona cero. La imagen muestra a dos chicos que, apoyados sobre las vallas de cierre de las vías, ven como yo la dantesca imagen de una máquina de tren con cara de pato tirada de lado sobre un talud y el resto de vagones volcados sobre la vía. Me echan de la zona donde estoy. No consigo localizar a Miguel. Dicen que del otro lado hay una zona habilitada para prensa. Aparco donde puedo (después no encontraré el coche). Finalmente tras un camino paralelo a la vía entro en una finca privada ya con las lechugas y los pimientos pisados por una docena de cámaras de televisión y otros tantos fotógrafos que intentan captar imágenes de los trabajos de rescate y ayuda. Yo también piso berzas, lechugas y pimientos. A veces no tenemos medida, me da un poco de vergüenza… Me fundo en un abrazo con Miguel, él ya casi no tiene batería, lleva toda la noche currando y con las prisas no trajo cargador. Le doy el mío. Mala suerte, el suyo es el I-phone5 y el mío el 4 y no le vale. De momento nos quedamos, a las nueve y media se anuncia la visita del Presidente Rajoy, uno abajo y otro arriba, y así tenemos dos puntos diferentes.
Empezamos a transmitir fotos a la oficina de Reuters en Madrid donde ellos procesan, ponen los pies de foto y envían a Singapur. Eso facilita nuestro trabajo de no liarnos con el inglés y solo hacer fotos y transmitir. Cualquier duda, por teléfono o Whatssap. Me encuentro con viejos amigos y colegas, Cristóbal Manuel, Pablo Blázquez, Miguel Riopa, David Castro, Xurso Lobato, Sas, Lavandeira, Oscar Corral …Algunos llegaron a los pocos minutos del accidente y aún siguen al pie del cañón, otros han viajado toda la noche como yo o han venido en aviones a las seis de la mañana. También me reencuentro con parte de la 9U de Intervención Policial, son de Asturias, a muchos les conozco y de alguno soy amigo, he coincidido con ellos en cientos de batallas en el Naval, los domingos haciendo fútbol y hace unos meses a hostias con los mineros. También se que el suyo a veces es un curro mal visto pero otras no se les valora su gran labor.
Decidimos que yo me vaya a las segunda zona cero donde están las familias, al lado del campo de fútbol del Compos. Allí les dirán según las autopsias si su familiar está en el hospital o en la morgue improvisada en el pabellón Do Sar, la tercera zona cero. Aún hay otra cuarta que tampoco podemos cubrir: el CHUS hospital de Santiago donde están la mayoría de los heridos y también el que ya todo el mundo culpabiliza: El maquinista, herido y custodiado por la policía. Su foto ha dado la vuelta al mundo varias veces mientras con la cara ensangrentada habla por teléfono y es ayudado por un Policía Nacional.
Que mierda el puto GPS, te pierde más que te ayuda. Jodido jugar fuera de casa. La buena gente de Protección Civil me lleva de rotonda en rotonda al epicentro del drama. Ya hay muchos compañeros que me comentan la dureza y la tensión de la situación allí durante toda la mañana. Una mujer es evacuada desmayada a una ambulancia, intento hacer fotos pero no llego. De vuelta al grupo, una chica joven que espera noticias de un familiar me pregunta llorando si ese es mi trabajo, le pido perdón y le digo que sí y que lo siento. Se me cae el alma a los pies, me siento fatal y lo comparto con los compañeros, ellos están igual o peor que yo. Pero todos sabemos que los jodidos de verdad son ellos, a los que les robamos disparo a disparo sus sollozos y su angustia. Intentamos poner teleobjetivos y hacerlo con una discreción imposible. Mierda de profesión, piensas en ese momento. Tampoco escogemos lo que fotografiamos pero sí deberíamos de plantearnos el cómo hacerlo. Hablamos y discutimos sobre fotos y portadas que hemos visto. Algunas durísimas. Pero es que aquello es muy muy duro, ya se habla de casi 80 muertos y docenas de heridos, muchos en estado crítico.
Me encuentro con Luis de EFE, compañero y amigo casado en Asturias que ahora está en A Coruña. Vaya sitio para vernos. Nos abrazamos y recordamos viejos tiempos. Volvemos a transmitir más fotos. Miguel, que conoce la zona y es un crack, también ha conseguido las primeras fotos de familiares y coches fúnebres en la improvisada morgue. Nos damos cuenta de que ya son las cuatro de la tarde y aún no hemos probado bocado ni hemos bebido un solo trago de agua. Nos anuncian la llegada de los reyes al hospital y me voy allí sin saber dónde es. Ya hay centenares de medios. Habrá pool de parte de la visita. La oficina de Reuters en Madrid nos informa de que Vincent West viene desde el País Vasco para ayudar y darnos descanso (también se dará un tute de casi 700 kilómetros y muchas horas de coche). Miguel se baja hasta Pontevedra a buscar ropa, baterías y cargador. En un par de horas ya está de vuelta. No sé cómo lo hace. Es todo un paisano. Con mucho aguante y un gran profesional. Vuelve a la zona cero para hacer vagones que levantan mientras yo transmito. También hace las primeras velas y crespones negros en la Plaza del Obradoiro.
Esto ya es una locura de cifras, de medios, de rumores y ya estamos agotados. Los compañeros de Madrid que nos habían buscado hotel, nos comunican que de momento no nos encuentran sitio. Varios compañeros nos ofrecen compartir habitaciones. Al final se arregla y dormiremos en una casa rural a las afueras de Santiago. Son las once de la noche cuando nos juntamos con colegas de varios medios para cenar y preparar el curro del día siguiente. La gran Mayka Navarro se suma tarde a la cena, nos mima, nos piropea y da ánimos y nos pone al día con toda su sabiduría y contactos policiales y judiciales. A la una y media de la madrugada llegamos a la fantástica casa rural. Llevamos casi 24 horas sin descanso. Mañana a las siete en pie y cada uno a un sitio. Esto sólo ha sido el primer día. Pero apenas podemos imaginar lo que esas 24 horas han debido de ser para familiares y amigos. Lo nuestro después de todo es nuestro trabajo y nos pagan por ello. De momento.
Pulsando sobre la imagen accedes a su muro de Facebook.
En la imagen los medios de comunicación trabajan a primera hora de la mañana en una huerta próxima al accidente. Al mediodía el propietario comenzó a cobrar 150 euros a las agencias y 500 euros a las televisiones que deseaban permanecer trabajando desde el lugar. FOTO: (c) Eloy ALONSO
3 Comment on “A la caza de la villana”
La Raizterca
02/08/2013 a las 14:20
Buen enfoque, muy interesante la crónica de Eloy Alonso, Gracias!
marieta
31/07/2013 a las 10:44
No nos olvidemos del caso de Biescas. Toda la responsabilidad fue descargada a una tragedia natural, cuando en realidad previamente a la construcción del camping, había informes que alertaban del riesgo. Sólo unas pocas víctimas tuvieron la fuerza de continuar durante más de una década con un proceso judicial que acabó en el tribunal de derechos humanos de Estrasbrugo. Sólo estas pocas víctimas han podido cobrar indemnización, aunque nadie en concreto ha asumido ninguna responsabilidad: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/temadia/sergio-murillo-superviviente-no-hay-que-consentir-que-este-caso-se-olvide-_265185.html
IMAD SAID
29/07/2013 a las 17:47
Un trabajo bien documentado. ¿Y ahora qué hacemos? -Pues seguir así.