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El periodismo solo puede ser fiel a la verdad y a la información, sin olvidar dar voz a quien no la tiene.
SUSANA HIDALGO (TEXTO Y FOTOS) // Hace un año, la crisis alimentaria del Sahel ocupó las portadas de los medios de comunicación con datos que alertaban que había 18 millones de personas en esta zona desértica de África del Oeste viviendo en el abismo del hambre. Las fotos de niños desnutridos llenaron portadas de medio mundo, al igual que había sucedido un año antes con Somalia. Naciones Unidas habló de que la situación era “muy preocupante”, pero un año después apenas hemos vuelto a tener noticias del hambre que azota a Senegal, Malí, Mauritania, Burkina Faso y Níger, entre otros países.
Casos como el de Mariam, de 18 meses y que enfermó gravemente por comer comida de adultos, han caído en el olvido. Su madre se llama Souadou y el padre, Sidi. Viven en la comunidad de Tachott, en Mauritania. El hombre hace un año no tenía trabajo: “Soy agricultor, no ha llovido, no hay trabajo”, contaba el verano pasado. En la parte mauritana más castigada por la sequía (Kaedi y Selibaby) viven mayoritariamente mujeres y niños. Como Sonash Mint Abdrasman, que reside en el pueblo mauritano de Idechoue, y que tiene que alimentar ella sola a sus seis hijos porque su marido la abandonó. Subsiste gracias a la ayuda de la ONG Acción contra el Hambre. Mouhamed Oudd, de 36 años y siete hijos, es otro africano de futuro incierto. Tiene una oveja como única propiedad.
El 25 de mayo hemos celebrado el Día de África, y el panorama en la parte oeste del continente sigue siendo preocupante. La sequía y la especulación con el precio de los alimentos que hicieron que en 2012 se vaciasen los graneros no parece que hayan cambiado. Médicos sin Fronteras denunciaba el pasado mes de abril que en 2013 1,4 millones de niños sufrirán desnutrición aguda severa en la zona. La organización ha comprobado un aumento de los casos de desnutrición durante el primer trimestre del año, en relación al mismo período de 2012, en varios de sus proyectos en el sur de Níger, uno de los países afectados.
Desde Mali, el periodista Pepe Naranjo agrega otro problema: “La crisis alimentaria se ha visto agravada tras la intervención francesa y oesteafricana en el conflicto de Malí. Esto ha provocado el cierre de fronteras a través de las cuales pasaba buena parte de la mercancía que abastecía al norte del país. Además, pese a que ciudades como Gao y Tombuctú fueron liberadas hace ya cuatro meses todavía allí la presencia del Estado es apenas testimonial. Casi no hay electricidad, el agua escasea, la actividad económica está prácticamente paralizada”.
Si la situación en el Sahel no ha mejorado, ¿por qué ya no es noticia? “Parece como si hubiese interés en que, dejando de hablar de ciertos temas, la cooperación al desarrollo también se hiciese invisible, como si ya no fuese necesaria”, señala Gabriela Morales, experta en Derechos Humanos y Ayuda al Desarrollo. “Los medios tienen la tendencia a trabajar temas de actualidad con mucha intensidad y luego dan el carpetazo cuando sienten cansancio”, añade Ángeles Jurado, periodista de Casa África, institución con sede en Las Palmas de Gran Canaria.
Mariam, de 18 meses es atendido por el doctor. Enfermó gravemente por ser alimentado con comida de adultos.
El hartazgo de los medios y de la sociedad hacia ciertas informaciones dramáticas da lugar a los llamados “desastres olvidados“, tema central de unas jornadas que ha organizado recientemente Cruz Roja en Sevilla. Allí se habló de ese cansancio, y también de que la información está centrada en la crisis en España y eso deja poco lugar al sufrimiento externo. Tampoco ayuda la precariedad en los medios españoles y el hecho de que cade vez menos periodistas viajen a terreno.
Y las ONG también hacen autocrítica: “Hemos contribuido a crear un estereotipo negativo sobre África. África la de la hambruna, la pobreza, la de las guerras, la de la corrupción. Los periodistas ven lo que su mente quiere que vean (y acuden poco a áfrica, sólo cuando hay catástrofes o desórdenes) y refuerzan estos clichés. Los medios están llenos de estereotipos africanos”, afirma Arantxa Freire desde la ONG Alianza por la Solidaridad.
Para Naranjo, “los medios de comunicación suelen responder a situaciones como estas de manera bastante gregaria. Es decir, las ONG lanzan la voz de alerta en un momento concreto y los medios, cada uno según su sensibilidad, posibilidades y enfoque, ponen el foco allí donde son “conducidos” por las ONG, incluso ignorando otras realidades que pueden ser más graves. Un claro ejemplo de esto es la guerra del Congo, que ha causado muchas más víctimas, violaciones, desplazados y todo tipo de abusos que otras mucho más “mediáticas”. O el terrorismo en el norte de Nigeria, un problema también muy grave que tiende a diluirse en los periódicos de información general, al menos en España”.
En este sentido, organizaciones como Alianza por la Solidaridad o Casa África intentan ofrecer otra cara del continente con noticias positivas y que, sobre todo, normalicen la realidad africana. Casa África, por ejemplo, ha editado “Si hablas de nosotros”, un cuaderno que reúne los textos de once periodistas africanos que reflexionan sobre las realidades que viven y sobre las que informan y donde también analizan la visión que los medios occidentales ofrecen de su continente. Ángeles Jurado aún recuerda la presentación del libro en Madrid, a la que acudieron periodistas especializados en África e inmigración, y cómo muchos de ellos le contaron que, pese a su interés, iba a ser complicado conseguir un hueco informativo porque la mayoría de los jefes no tenían interés en los temas africanos.
“Seguimos fijándonos en algunos dramas y no en otros porque esto encaja en el diseño de las políticas de financiación de la ayuda humanitaria o al desarrollo o porque son historias que podemos comprender, que se adaptan bien a nuestro estereotipo sobre África, pero no por un criterio meramente periodístico”, agrega Naranjo.
En la próxima Feria del Libro de Madrid, Casa África volverá a intentar que se hable de un África normal. Para esa ocasión, han promovido el viaje del escritor camerunés Patrice Nganang, al que le gustaría que se le valorase por su literatura, y no por venir de un continente del que sólo vemos los conflictos.
One Comment on “El Sahel se sale del foco”
Rosario Cáceres
18/03/2014 a las 19:10
…duele el corazón de ver esta realidad…que se vive en muchos rincones del planeta…¿cómo se puede ayudar desde nuestro lugar?…alzar la voz no alcanza…y cómo hacer ruido para ayudarles?Saludos desde aquí.