No soy nadie para perdonar, ni para aceptar que me pidan perdón. El perdón es un acto de palabras que nunca me devolverán a mi padre. Ya hace 20 años que un pistolero, en nombre de ETA, lo mató de un tiro en la nuca cuando salía del bar en el que todos los mediodías se tomaba su txakolí antes de ir a recoger a mi madre.
No soy quién para perdonar, ya lo hará mi padre, si quiere, cuando se encuentren, si es que realmente existe un lugar tras la muerte. Yo, hasta que no lo vea, no me lo creo. En cambio, si quise escucharle cuando Eva, una mujer que se me presentó como mediadora de la prisión de Zaballa, y a la que nunca pregunté el apellido, me dijo que la asesina de mi padre quería, si a mi me parecía bien, encontrarse conmigo en la cárcel. Hacía años que ETA la había expulsado de sus filas tras condenar públicamente la violencia y reconocer que se equivocó creyendo en la legitimidad de la lucha armada. Pertenecía al grupo de los terroristas disidentes y estaba dispuesta a presentarse frente a mí, y hablar o escuchar, lo que yo quisiera.
No soy quién para perdonar, pero si soy la hija de una víctima de ETA que vivió durante años atormentada por las miles de preguntas sin respuestas que, en realidad, siempre terminaban en una: ¿Por qué?
No soy nadie para negarle a ella el derecho, que lo tiene, de rehacer su vida. Mi padre y las otras víctimas, todas, ya no pueden.
Obra “Proyecto 43.2”, de María San Miguel
Sala Kubik Fabrik
Madrid
#hipstamatic
Biografía de Mayka Navarro
Hace mucho tiempo que observo la vida en formato fotográfico para compartir. Me apasiona comunicar. Contar historias. Transmitir sensaciones. Emocionar al que me lee, al que me mira en televisión, al que me escucha en la radio o al que se detiene ante una de mis imágenes. Nací en Santa Coloma de Gramenet, Barcelona, en 1968, y soy periodista. Desde pequeña trabajo en El Periódico de Catalunya, y colaboro en programas de televisión como El Programa de Ana Rosa o El Gran Debate. Comunico escribiendo, contando y fotografiando escenas, secuencias e historias. Mis fotos y mis textos son lo más parecido a mí misma: pura vida. Cocinados a fuego lento, como los calamares encebollados. ¿Gustan?