Ocho palos
09/06/2014
En el fondo la idea era una gran estupidez. Había decidido que su nueva casa se limitara a una sencilla construcción de ocho palos bien puestos en forma de cabaña al aire libre. A la orilla del mar, lo suficientemente cerca para que las olas bañaran de vez en cuando el suelo, levantó la estructura con facilidad y cada noche dormía, comía, amaba, soñaba y crecía dentro. Tenía toda la isla para ella, pero con el tiempo entendió que necesitaba de un orden establecido que le obligara, por lo menos una vez al día, estarse quieta en un mismo sitio. Y que siempre fuera el mismo. Pensó en construir un techado. Nada serio. Cuatro ramas bien puestas de palmera para las noches de lluvia. Pero por culpa de no mojarse, dejaba de contemplar el cielo y se perdía el espectáculo de contar y poner nombre a las estrellas. Prefería mojarse para seguir viendo.
Se lo tomó muy en serio. No hubo ni una sola noche que no durmiera bajo esos cuatro palos bien puestos. Sintió aquel efímero espacio tan suyo, tan cálido y necesario que comprendió que la casa de uno es solo el lugar en el que uno se sienta tranquilamente a mirar.
Hipstamatic
Isla de Holbox
México
Biografía de Mayka Navarro
Hace mucho tiempo que observo la vida en formato fotográfico para compartir. Me apasiona comunicar. Contar historias. Transmitir sensaciones. Emocionar al que me lee, al que me mira en televisión, al que me escucha en la radio o al que se detiene ante una de mis imágenes. Nací en Santa Coloma de Gramenet, Barcelona, en 1968, y soy periodista. Desde pequeña trabajo en El Periódico de Catalunya, y colaboro en programas de televisión como El Programa de Ana Rosa o El Gran Debate. Comunico escribiendo, contando y fotografiando escenas, secuencias e historias. Mis fotos y mis textos son lo más parecido a mí misma: pura vida. Cocinados a fuego lento, como los calamares encebollados. ¿Gustas?
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