¡Hoy cumplimos un año¡. Nuestros tentáculos han crecido y ya dan pasos firmes sin miedo a caer. El 22 de mayo de 2013 echó a andar la versión digital de Calamar2. Pero ya meses antes andábamos planeando, trasteando, imaginando en cómo nos gustaría que fuese nuestro proyecto, pensando en secciones, quedando en cualquier rincón donde pudiésemos apoyar el ordenador y soñando. El tiempo pasa volando, y el balance solo puede ser bueno. Hemos ido creciendo con vosotros, sacando el tiempo de debajo de las piedras para contar las historias de temática social y medioambiental que a nosotros nos gusta hacer y cómo nos gusta leerlas y verlas.

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Cuando nos planteamos este proyecto, fue para despegar y no pisar el freno. No creemos en las medias tintas ni en las cosas que empiezan y que al final se quedan en un duermevela. Dentro de nuestras posibilidades hemos intentado formar un pequeño equipo con colaboradores y con el empujón de los lectores. No publicamos muchas historias porque preferimos hacerlas bien y no sucumbir a la immediatez. Económicamente hemos logrado ingresar más de lo que gastamos, pagar de manera justa a los colaboradores y tener unos pequeños ingresos para nosotros.

Nuestro modelo económico se basa en la producción de contenidos audiovisuales. Algunos no los veréis publicados en Calamar2, porque tampoco perdemos el contacto con los medios tradicionales a los que abastecemos con nuestras informaciones. Distribuimos contenidos videográficos, propios y de colaboradores, a las televisiones nacionales e internacionales. Nos negamos a repetir las prácticas que han convertido al periodismo en una de las profesiones peor valoradas socialmente. Hoy el ciudadano ya no quiere seguir cabeceras editoriales, más bien busca firmas de profesionales a los que considera coherentes con los principios básicos del periodismo. Ahí es donde queremos seguir trabajando. Siendo fieles a la verdad y la información. La verdad y la información no entienden de colores o etiquetas.

Hemos cometido errores y recaeremos en ellos, nos hemos peleado, desanimado, caído y levantado otra vez. Somos persistentes y creemos que no hay que dejarse vencer ni por la crisis, ni por las excusas, ni por no querer salir de la zona de confort. Vamos a continuar creciendo, sin ninguna prisa. Calamar2, como la vida, es una carrera de fondo. Los velocistas no son para nosotros. Seguiremos aquí, contando historias y sumando nuevos calamardos con los que soplar el año que viene las dos velas.