Armestregallery Copias de Autor Solidarias

El periodismo solo puede ser fiel a la verdad y a la información, sin olvidar dar voz a quien no la tiene.
Algún día encontraría la manera de reutilizar todos los tornillos que rescataba del olvido en los desechos y ruinas que adornaban eternamente algunas calles de su Habana. Se calzaba sus alpargatas, pantalón de raya bien marcada, camisa impoluta y planchada y su inseparable destornillador para ayudarle en la recuperación. Era una herramienta convertible, de un lado destornillaba los de estrella y del otro los planos. No había pieza que se resistiera. Y así, poco a poco, primero llenó una caja. Al tiempo ya eran diez. Y con los meses y ante la falta de espacio, pidió permiso a una vecina con garaje que le arrendara una esquinita de su solar para apilar sus cajas de tesoros, a cambio, él le prometió con todo aquello algo le construiría. Pero no sabía el qué. El solo quería rescatar tornillos del abandono. Pasear entre escombros buscando viejas piezas de metal en las que cada vez que encontraba un tornillo, le acariciaba la cabeza como a un hijo, prometiéndole que le sacaría de allí enseguida… Pero era incapaz de volver a atornillarlos en nada. Ni de regalarlos. Ni de venderlos. Mira que hubo gente que se le acercó buscando piezas insólitas entre sus cajas, para reparar esos objetos que en Cuba tienen más vida de lo normal… Pero él siempre se negaba. Ni enseñarlas quería. Buscaba mil escusas para no desprenderse de ni uno solo de sus tornillos. Era capaz de contar la historia de cada uno, por muy iguales que parecieran… “Este le rescate de una viejo flexo de luz, es una cuadra cerca de la calle Obispo. Lo acababan de dejar. Cinco salvé”… y los mostraba en la palma de su mano, a los cinco, perfectamente viejos y oxidados.
“Abuelo, por qué salva tornillos”, se atrevió a preguntarle una mañana su nieto. “Tú lo has dicho mi querido Oswaldo, los salvo. Porque a toda esta gente le falta un tornillo y el día que queramos arreglarlo, tengo que tener como mínimo uno para cada uno.”
Biografía de Mayka Navarro
Hace mucho tiempo que observo la vida en formato fotográfico para compartir. Me apasiona comunicar. Contar historias. Transmitir sensaciones. Emocionar al que me lee, al que me mira en televisión, al que me escucha en la radio o al que se detiene ante una de mis imágenes. Nací en Santa Coloma de Gramenet, Barcelona, en 1968, y soy periodista. Desde pequeña trabajo en El Periódico de Catalunya, y colaboro en programas de televisión como El Programa de Ana Rosa o El Gran Debate. Comunico escribiendo, contando y fotografiando escenas, secuencias e historias. Mis fotos y mis textos son lo más parecido a mí misma: pura vida. Cocinados a fuego lento, como los calamares encebollados. ¿Gustan?