Me llamo Juan Carlos Muñoz y tengo 31 años.
Llevo 14 campañas de incendios (desde los 18 años): 2000, 2001 y 2002 cuadrilla de tierra; 2003, 2004 y 2005 Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) Puerto El Pico (Ávila); 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013 BRIF La Iglesuela (Toledo). En todas las campañas he trabajado como especialista.
El fuego es destrucción. Si juegas con él, lo más fácil es que te quemes.
Mi consejo sería que en un incendio sobran los héroes y se necesita gente profesional y con vocación para ello.
Voy a describir unas cuantas anécdotas ya que, por desgracia, me han tocado casi todos los incendios más famosos en los últimos años en España:
-Guadalajara en el 2005, incendio de Riba de Saelices, el mal trago de pasar tan solo 3 o 4 horas después del accidente donde murieron 11 compañeros y mirar horrorizado la escena con los cuerpos tapados, o la de perder a un compañero y amigo en el incendio de Casavieja (Avila).
-Recuerdo un problema en pleno vuelo, volviendo de un incendio en El Bierzo y teniendo que aterrizar de una manera peligrosa y complicada en un campo de trigo en Zamora.
-Los siempre bien recibidos gestos de agradecimiento de vecinos, alcaldes y demás gentes de todos los sitios de España a cada incendio que vamos.
-Tengo grabado y creo que no olvidaré cuando en julio de 2009, un incendio de más de 10.000 hectáreas arrasaba con el 70% de la jurisdicción de mi pueblo de toda la vida (Mombeltrán, Ávila). Harto de ver incendios así e incluso mayores, cuando es tu propio pueblo, la rabia que se siente en todos los incendios, se multiplica por 100.
Por último me gustaría dejar un par de reivindicaciones. La primera y creo que más importante es que hago un llamamiento a quien corresponda y quiera escuchar: En España los incendios se apagan en invierno, con tareas de prevención, y no en verano con tareas de extinción. La segunda: De una vez por todas, hay que conseguir que en España tengamos un cuerpo profesional de trabajadores dedicados a los incendios forestales, cualificados y reconocidos con una situación profesional estable, ya que para todas las demás emergencias ya existe un cuerpo profesional.
Un saludo y recordad que siempre velamos por los montes españoles.
One Comment on “Juan Carlos Muñoz: “En los incendios sobran los héroes””
AzorG
14/09/2013 a las 03:50
Gran verdad la que expresa el compañero. A los incendios hay que atacarlos “con cabeza” y “a los cojones”, no “con cojones” y “a la cabeza”.
Pero desde el respeto a sus reivindicaciones y en base a mi experiencia, quería aportar lo siguiente:
Nada que objetar en lo referente a profesionalizar el colectivo, revertir la precariedad de contratos, etc.
Pero sí una objeción en lo referente a la llamada “prevención” y al clásico de “los fuegos se apagan en invierno”.
La agricultura y la ganadería han retrocedido mucho en las últimas décadas. Eso ha dado un respiro a los montes y ha permitido que aumenten su superficie, colonizando tierras que antes estaban arrasadas por el ganado o el arado. Ahora tenemos más superficie forestal y eso es bueno, porque necesitamos más bosques y de mejor calidad.
Pero la vez que avanza el matorral que protegerá a los primeros árboles que luego serán el bosque, no avanzan otras especies ligadas al bosque y que forman parte inseparable de él: los hervíboros silvestres. Y sin hervíboros silvestres el bosque pierde su equilibrio y se espesa demasiado, se vuelve menos diverso y más monótono y pobre.
El ganado desaparece o retrocede. ¿Solución? devolver a los hervíboros silvestres a su lugar, recuperar sus poblaciones para que controlen los pastos y hagan más equilibrado el avance y desarrollo del bosque. Es lo más fácil, lo más barato, la mejor ayuda para los profesionales de la extinción. Es un recurso económico (carne sana, alimentada con pastos) y es un recurso turístico, recuperando especies que exterminamos en el pasado (bisonte europeo, caballo mongol, cabra montés, rebeco, ciervo, gamo, corzo, etc.). ¿qué más se puede pedir???? todo ventajas.
Decir por último que la prevención también es extirpar de nuestros montes esa peste que son los cultivos de eucaliptos y pinos, plantados en zonas que son propias de robles, hayas, quejigos, encinas, alcornoques. Esta también debería ser una reivindicación de los profesionales de la extinción, pues los incendios de estos cultivos resinosos amantes del fuego son los más violentos y peligrosos, que provocan casi todos los accidentes con heridos o fallecidos. Ya es hora de reclamar en voz alta que esas plantaciones exóticas que amenazan nuestras vidas en caso de incendios sean sustituidas por la vegetación autóctona de cada lugar. Un saludo