Me llamo Francisco Javier Mora Trujillo. Tengo 42 años, en octubre cumplo 43.

Empecé en esto de apagar incendios forestales a los 22 años como voluntario en diversas asociaciones. Estudié Marketing y Publicidad y a los 30 decidí abandonar mi trabajo de gerente de una librería para dedicarme a trabajar frente al fuego, cambiando mi oficina por otra con mejores vistas.

Fui contratado por la empresa Tragsa en la campaña del 2000 como operario, en 2005  y 2006 pasé a ser capataz de brigada, en el 2007 la empresa Eural ( Europa Agroforestal ) consigue la adjudicación de la obra en Tenerife y tras una dura selección me incorporo a la empresa como coordinador del operativo de refuerzo de la isla. En ese mismo año, y tras haber aprobado unas oposiciones de la administración insular, me solicitan la incorporación al operativo como operario. Tras deliberar si me quedaba como coordinador en la privada u operario en la pública me decido por esta última. Así, desde 2007 formo parte de las Brifor ( Brigadas Forestales del cabildo de Tenerife). En 2009 me incorporo dentro de la misma administración a los equipos Brivam (Brigada en Vehículo de Alta Movilidad), o sea, las helitransportadas. Ahí sigo, de momento. Recientemente me han dado el cargo de jefe de grupo.

A la pregunta de qué es para mí el fuego,  quizás difiera algo con respecto de mis compañeros… Yo la considero una palabra ancestral, ligada a magia, poder, naturaleza… En sí el mismo fuego nos trasmite eso, en ocasiones serenidad, ¿o a todos no nos gusta contemplarlo en el hogar crepitando y afuera nevando o lloviendo? Sensación de hogar… El fuego pienso que no es malo. Los malos somos los seres humanos con lo que hacemos con él. Evidentemente que cuando cae un rayo, o por una erupción volcánica también hay fuego pero eso es un proceso natural. Y de ahí mi concepto de naturaleza pura y dura. Y respeto, mucho respeto por él, lo mismo puede ser suave y delicado como impetuoso y desalmado.

Un consejo: Al fuego como al mar nunca se le debe dar la espalda, jamás pensemos que le tenemos controlado del todo… Controlado es cuando ya no existe, así que mucho ojo con él … Tan bello es como a la vez traicionero.

Uf, tengo cientos de experiencias… Quizás una en la que estando trabajando en un gran incendio en 1996 nos quedamos atrapados. Muchas veces vivimos experiencias similares, pero logramos salir  y ponernos a salvo. Esa vez era como ver el mismo infierno. Sé que muchos compañeros habrán pasado por situaciones similares pero a mí esa me marcó. Nos vimos encerrados por que el fuego saltó de un lado de un barranco a la otra ladera y nos pilló en medio. Recuerdo el color del sol, rojo, totalmente rojo. El humo ardiendo en mis pulmones… La carrera hacia el jeep,  que aunque fueron 30 metros a mí me parecieron 300, todo a cámara lenta, las llamas y su rugir… Las personas que no han estado en un incendio no comprenderían lo aterrador que puede ser ese sonido sordo y que lo inunda todo.

Recuerdo cómo con mi emisora le comunicaba a los compañeros de delante de mí que siguieran, que atravesaran las llamas, porque si no, no salíamos… Al salir nos abrazamos todos.