“Los españoles hemos visto ordeñar nuestra costa como si fuera una vaca lechera“. La frase la ha escrito recientemente el escritor y director de cine David Trueba, acerca del despropósito que supone la nueva Ley de Costas,que beneficiará a unas 150.000 construcciones levantadas al lado del litoral y otorga hasta 75 años más de vida a inmuebles que debían comenzar a ser derribados a partir de 2018.
Trueba es uno de los nombres conocidos que se ha posicionado en contra de esta ley, pero luchando contra la norma hay mucha gente anónima, organizada a través de asociaciones que quieren evitar que el ladrillo se trague a las poblaciones costeras. “En la asociación de vecinos L’ Ostia trabajamos para evitar la privatización de terrenos públicos como el Muelle de España”, explica Gala Pin, barcelonesa de 31 años, en el vídeo del informe Destrucción a toda Costa 2012 de Greenpeace. Esta asociación se ha movilizado, por ejemplo, en contra de la marina de lujo del Port del Vell o el hotel Vela, otra construcción faraónica levantada en medio del barrio.
Pero también, otras muchas, han estado movilizándose para evitar los derribos, como las de las barriadas malagueñas de Pedregalejo y El Palo, que el pasado mes de mayo celebraron la amnistía brindando en un chiringuito. La Ley de Costas de 1988 había dejado incluidas estas viviendas dentro de la zona de protección del dominio marítimo-terrestre y eso significaba que tenían que ser derribadas. Ya no.
Otro ejemplo: en Valencia, 429 establecimientos (hoteles y restaurantes) y 3.000 viviendas se van a mantener a salvo gracias a la ley. En Galicia la norma permitirá legalizar a otras 8.000 viviendas.
Un pez muerto en el cauce del rio Besos a su paso por la incineradora de Sant Adria del Besos, Barcelona.
Vecinos y ecologistas alertan también de que, en algunos supuestos, la línea de protección más inmediata a la ribera del mar, pasará de 100 a 20 metros. O que ahora aumenta el plazo de autorizaciones para las instalaciones de temporada (los chiringuitos) de uno a cuatro años. Con la anterior norma, se renovaban cada año. Además, 1.700 industrias podrán seguir abiertas al lado del mar, con el consiguiente peligro de contaminación.
Desde Greenpeace Andalucía critican además que en la reducción del área de servidumbre no se haya tenido en cuenta la variable del cambio climático y los problemas que pueden generarse por la subida del nivel del mar. La Junta de Andalucía también se ha manifestado en contra de la norma, y para la consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés supone “un avance hacia la dirección errónea, que es la privatización de los puertos deportivos”.
Galería de Obra fotográfica de Pedro Armestre. Con la venta de Copias Numeradas y Series Limitadas, Pedro dona parte de sus beneficios a las asociaciones u oeneges para las cuales tomó las imágenes. La donación puede ser directa o en forma de suscripción anual como socio a alguna de estas organizaciones.
Viaje al corazón de la pobreza infantil
ECOALF & PEDRO ARMESTRE
Edición limitada de camisetas con fotos inéditas que muestran el problema de los recursos naturales. Algodón post-industrial 100% reciclado. Modelos femeninos y masculinos.
LIBRO “El último holocausto europeo”. Susana Hidalgo
LIBRO “Photoclima”. Pedro Armestre. (agotado. Disponible pdf)